La lepra o enfermedad de Hansen es una enfermedad infecciosa y crónica que afecta principalmente piel, sistema nervioso periférico, mucosa de vías respiratorias superiores y, en sus formas más graves, otras estructuras del cuerpo humano.
La lepra es causada por un bacilo parecido al de la tuberculosis, llamado Mycobacterium leprae, que ataca a ambos sexos y todas las edades.
Se clasificada en dos tipos polares: La Lepra Lepromatosa o grave y La Lepra Tuberculoide o benigna.
Y dos grupos de casos inestables: El Indeterminado y Los Dimorfos.
La lepra produce manchas en la piel, nódulos, ulceras y trastornos en la sensibilidad con deformaciones de pies y manos. En ocasiones presenta reacciones o exacerbaciones que van acompañadas de fiebre, malestar general, dolores articulares y aumento de lesiones cutáneas.
La lepra es la menos contagiosa de todas las enfermedades infecciosas y actualmente es curable. El bacilo Micobacterium Ieprae que la ocasiona, es muy débil en el medio ambiente, por lo que resulta una enfermedad poco contagiosa, con baja virulencia y mínima patogenicidad.
El 90% de las personas tenemos resistencia al contacto íntimo y prolongado, no se adquiere por saludar un enfermo, platicar con él o hacerle una curación. La enfermedad de Hansen no se hereda.
No se conoce del todo la forma de contagio, pero la transmisión por piel y vías respiratorias (nariz y boca) de una persona no tratada a otra, son las más reconocidas. El periodo de incubación es usualmente de 2 a 8 años, aunque en algunos casos ha sido de 20 años, habiendo tenido una exposición en su infancia.
La enfermedad no se hereda ni se adquiere por contacto casual. Para que ocurra la infección, se requiere que la persona susceptible mantenga un contacto estrecho durante largos períodos con un enfermo sin tratamiento, dependiendo también del estado inmunológico de la persona.
El hombre se considera el huésped y reservorio principal. En los niños menores de un año, la transmisión se asume por vía transplacentaria.
La lepra se puede transmitir durante el tiempo que dure la enfermedad. El paciente deja de ser infectante al llevar tratamiento continuo y regular.
También se reconocen como fuentes de bacilos los lepromas ulcerados, leche materna, orina y heces de pacientes enfermos.
Las primeras manifestaciones se presentan en la piel en forma de manchas que pierden la sensibilidad al dolor y temperatura y no dan comezón.
Las manchas aparecen preferiblemente en las zonas más frías del cuerpo como cara, espalda glúteos.
Si la persona no es diagnosticada para iniciar un tratamiento, las manchas van aumentando en número y tamaño convirtiéndose en placas.
Otros síntomas asociados a la lepra son: Sensación de hormigueo en la cara, obstrucción nasal, pérdida de la fuerza en párpados, brazos, manos, piernas y pies.
En formas avanzadas de la enfermedad hay engrosamiento de la piel, hay caída de las cejas, pestañas, aumento del tamaño de las orejas.
Si no se trata, la lepra puede causar lesiones progresivas y permanentes en la piel, los nervios, las extremidades y los ojos.
Por ser una enfermedad crónica uno de los problemas más serios es la resistencia del enfermo a seguir un tratamiento, que suele abandonar a los primeros síntomas de mejoría, creyéndose ya sanos. Esto afecta el tratamiento pues la dosis inadecuadas y frecuencias irregulares de los medicamentos causas resistencia a ellos.
Otro problema es, con excepción del sistema nervioso central, la lepra puede atacar cualquier órgano.
Algunas personas que contraen la lepra por desgracia quedan con algunas discapacidades residuales después de la infección se haya curado. Los ojos, las manos y los pies son las partes comúnmente afectadas. Además, muchos también se enfrentan problemas a largo plazo dentro de su familia y la comunidad, simplemente porque alguna vez tuvieron lepra.
La rehabilitación implica toda una serie de intervenciones que tratan de restaurar a la persona afectada a una vida tan normal como sea posible.
La lepra ha sido una enfermedad que por siglos ha estado presente en todo el mundo. Hasta 1990, el manejo de los pacientes con lepra en México era con el uso de sulfona, a partir de ese año, se inició la poliquimioterapia PQT (que consiste en el tratamiento de dos ó más fármacos), la cual ha modificado radicalmente el perfil de la lepra, ya que es altamente eficaz para la curación de la enfermedad, reduce el período de tratamiento, impide la aparición de farmacorresistencia e interrumpe la cadena de transmisión de la enfermedad.
Todo caso sospechoso de lepra debe someterse a estudio para confirmar si se trata de lepra. Las pruebas diagnósticas vigentes en nuestro país, son las baciloscopías y la biopsia. Los estudios baciloscópico e histopatológico son obligatorios en todos los enfermos que se estudien por primera vez. La baciloscopía es la técnica fundamental en toda investigación bacteriológica en lepra, tanto para el diagnóstico como para el control del tratamiento. El estudio histopatológico nos proporciona datos para confirmar el diagnóstico de lepra, establecer la clasificación clínica y para evaluar la evolución del padecimiento.
Mensualmente el paciente debe acudir al organismo de salud donde está siendo tratado para recibir la dosis supervisada de medicamentos, en presencia de algún funcionario de salud y llevar para ingesta autoadministrada en su domicilio el resto de medicamentos. Actualmente en el Hospital Universitario en Monterrey, N.L., no se les cobra la consulta.
Parte del tratamiento consite en la educación al paciente para sus autocuidados, a la familia y a la comunidad para evitar la discriminación del paciente. Además, a todo contacto cercano al paciente se le debe practicar un examen clínico anual.
La mejor prevención para evitar la diseminación de la lepra es su detección precoz para instaurar cuanto antes el tratamiento adecuado. Además, las personas que convivan o hayan tenido un contacto estrecho con el enfermo deben ser examinados por un médico para descartar posibles contagios.
En la actualidad aun contamos con casos de Lepra en Nuevo León. Hemos avanzado en el combate contra la enfermedad y los prejuicios que lo rodean, pero aun queda mucho por hacer.